miércoles, 9 de septiembre de 2009

Mi abuela Sara



Odesa ciudad y puerto del mar Negro.El poeta Alexandr Pushkin la caracterizó como "la más europea de las ciudades rusas".A comienzos del siglo XX, Odesa llegó a ser la cuarta ciudad del Imperio Ruso, considerada una de las ciudades más confortables de Europa. En 1905 Odesa vivió una revolución de trabajadores sangrientamente reprimida por las fuerzas gubernamentales. En ese clima pre-revolucionario se crió mi abuela Sara. Perteneciente a una familia de comerciantes judíos y estudiante de la Universidad de Odesa, una de las más antiguas de Rusia, militaba activamente en el movimiento bolchevique , defensor de las ideas de Lenin. Sus padres asustados por el peligro que suponía su actividad política especialmente en la convulsionada sociedad rusa de principios de siglo, la mandaron a América, donde supuestamente viviría una vida más segura . Embarcó rumbo a Estados Unidos,pero no pasó la revisión física porque la rigurosa selección a la que se veían sometidos los inmigrantes se lo impidió debido a una severa miopía que la acompañó toda su vida. Le quedaron entonces dos destinos probables ya que no era una opción volver a su país, como hubiera sido su deseo, Rio o Buenos Aires donde vivía una hermana, que se había conocido por correspondencia con otro ruso inmigrante , cosa muy común por entonces, novia por correspondencia, intercambio de fotos, viaje, y casamiento. Alrededor del centenario, arribó en un barco mercante, que además de su carga traía inmigrantes provenientes de Europa .
Llegó, como todos, prácticamente con lo puesto y un par de valijas de cartón. Durante años , se negó a contar lo que contenían esas valijas, pero cuando salía el tema , cambiaba de conversación o decía en voz baja , de eso no quiero hablar. Inmediatamente se encontró con su hermana y conoció a otros rusos que militaban activamente en el movimiento socialista , en el anarquismo y en el naciente comunismo del que ella era militante en Rusia. En poco tiempo aprendió el idioma y comenzó a traducir para los nuevos inmigrantes los conocimientos básicos para manejarse en el país. En un par de años ya daba clases de castellano a los rusos en las llamadas Bibliotecas Populares del Partido Socialista ARgentino. No tengo un solo recuerdo de Sara, sin un libro. Era una lectora insaciable y sabía todo lo que pasaba en el mundo. Hoy esto sería algo común pero estamos hablando del principio del Siglo XX cuando pocas personas sabían leer y escribir y las mujeres menos que menos, estando relegadas exclusivamente a las tareas de la casa. Poco después le presentaron a Samuel, un inmigrante ruso, de profesión zapatero con el que tuvo 4 hijas y 2 hijos, mis tíos.Jacobo, Federico, Leonor, Clara y Dorita, mi mamá. Eran épocas difíciles, En Europa se debatía en la primera guerra mundial.En Rusia triunfaba la Revolución Bolchevique del 1917 con la caída del Zar Alejandro y su ejecución junto con toda su familia.Las noticias eras preocupantes y no llegaban demasiadas novedades sobre los que se habían quedado a combatir , sus compañeros de militancia política. Sara decía que al principio llegaron a ocupar altos cargos pero debido a las purgas sucesivas fueron desapareciendo y prácticamente perdió contacto con todos ellos, aunque secretamente nunca perdía la esperanza de que alguno hubiera sobrevivido y se comunicara cosa que nunca sucedió hasta donde yo se. Me confesó muchos años después que había sido una especie de correo secreto y que siempre había temido que la descubrieran y la vinieran a detener porque en esas valijas de cartón que la habían acompañado desde su Odesa natal, traía documentación política , que otros camaradas también habían hecho lo mismo y que esa documentación sirvió de base e instrucciones para la organización y fundación del Partido Comunista Argentino el 6 de enero de 1918 como una ruptura del Partido Socialista y en adhesión a la Revolución Rusa y la Tercera Internacional leninista. Durante mos años siguientes, se dedicó a su familia, a sus hijos sin dejar del todo su militancia . Viviendo prácticamente en un conventillo, debido principalmente al carácter intratable de mi abuelo que pese a su oficio no ganaba lo suficiente para mantenerlos en un mejor lugar. Era común el comentario del carácter de mierda de Samuel que solía atender a los clientes según les cayeran bien o mal. Si les caías bien, te atendía, te invitaba a sentarte y a tomar una taza de te. Podía llegar a quedarse conversando, generalmente en ruso.Pero si le caías mal, sin levantar la vista de su trabajo te decía en la cara "A vos no te atiendo"... y seguía clavando sin parar...Esto le valió pocos amigos y muchos enemigos que preferían ir a una zapatería en otro barrio a someterse a que Samuel los sacara carpiendo de su local. Parece mentira pero no se cuántas historias conozco de abuelos con mal carácter que de cualquier manera formaron sus familias y siguieron adelante vaya uno a saber cómo.. Sería una moda eso del "mal carácter" quí lo sa...? perdón por la disgresión.. A medida que los hijos crecían, ayudaban en la casa con la crianza de los hermanos menores primero y con su trabajo a la economía familiar luego.
Así como muchos inmigrantes de esa época hicieron fortuna , mis abuelos maternos vivieron siempre en la mayor pobreza, lamentablamente para nosotros , los que no heredamos nada más que algunas historias familiares. "Pobres pero honrados", como se decía entonces. porque todos trabajaban, todos aportaban a la familia y compartían los gastos. Cosa rara entre los paisanos, nunca tuvieron casa propia. Del conventillo a una casa de alquiler pero nunca pudieron acceder a comprar un techo. Con el casamiento de los hijos, cada uno fue formando su familia y yéndose de la casa paterna..con el consecuente deterioro de la economía familiar. Comenzaron a nacer los nietos, los primeros fuimos Yo(hijo de Dorita, la menor) y Roberto(hijo de Clarita) , en ese orden, Reynaldo (hijo de Jacobo) y Loti ( Hija de Leonor). los abuelos vinieron a vivir con mi familia. De hecho el nieto que más contacto tuvo con sus abuelos fui yo. y luego Roberto. Mi abuelo , estaba casi siempre en silencio, hacía algunos trabajos en una piecita en la terraza y me llevaba a dar una vuelta , no muy lejos.Me enseñaba cosas como silbar con un pasto o reconocer quién llevaba zapatos de mala calidad... Lo recuerdo, ni alto ni bajo, siempre rapado porque afirmaba que por cuatro pelos locos no iba a tomar el trabajo de peinarse...y siempre de traje gris gastado y camisa blanca. Eso si los zapatos relucientes. Casi fanático de los zapatos, arreglaba y lustraba los míos hasta que brillaban como si fueran de charol. Hablaba muy poco y con un fuerte acento y casi nunca contaba nada de sus años pasados en Rusia.
Solo un par de veces comentó que había quedado huérfano a muy temprana edad víctima de un pogrom, esa fue la primera vez que escuché la palabra POGROM. Me explicó que los cosacos, que eran una especie de paramilitares siberianos, como osos, según decía... se emborrachaban y salían a divertirse destruyendo un pueblo judío y matando a todos los que encontraban a su paso. El pudo esconderse pero toda su familia murió en un pogrom. Mas muerto que vivo pudo arrastrarse hasta un pueblo cercano donde vivía una pariente lejana que le permitió quedarse a vivir mientras trabajara para ella. Además de buscar leña , limpiar los corrales, y todas las tareas del campo , le daba los más diversos encargos... Como era muy supersticiosa y creía que todos le hacían "mal de ojo" lo mandaba a ver a una especie de curandera llevando ojitos de ratón en una bolsa , sin mirar atras y sin parar por nada del mundo para realizar la "cura" ... La promesa era "cuando vuelvas te daré pan con arenque" pero cuando volvía le daba el pan y solamente lo untaba en el aceite del arenque por lo que mi abuelo pasó los siguientes años con un hambre constante, su tía no era especialmente generosa en nada y menos con la comida. 
A los 10 años se dió un sobretodo usado por su marido quele llegaba por los talones pero lo cubría del frío extremo de la tundra. Con este sobretodo se embarcó hacia América en un carguero pocos años después, sin nadie de quien despedirse. Aquí siempre lo recuerdo sintiendo calor. Decía que en Argentina hacía demasiado calor. A la mañana se bañaba con agua fría, invierno y verano y se tomaba un vaso de vodka. Eso le daba energías para enfrentar todo el día en camisa , excepcionalmente lo he visto usar un pullover liviano. Junto a la abuela, vivieron con nosotros un tiempo, pero luego se mudaron con Clarita cuando quedó viuda con cuatro hijos chiquitos... Mi abuela siempre son sus libros, era especialista en contar cuentos. Todos los días , mejor dicho las noches, me contaba largos cuentos , de viajes, de lugares lejanos, de príncipes y dragones....Luego supe que lo que me contaba eran las mil y una noches, la Ilíada, la Odisea, y a veces, cosa que ahora me parece rarísima dada su ideología política Cuentos de la Biblia para niños...Sansón y Dalila, David y Betsabe...Adán y eva.... Salomón y la Reina de Saba qué se yo. Así que tenía una mezcolanza como la de las películas de Hollywood donde Sansón pelea con Godzilla y se lleva a Reina de Saba a pasar unos días en Hawaii... Estos cuentos me fueron de gran utilidad cuando en el colegio tuve que estudiar historia antigua , porque Egipcios, griegos y romanos eran viejos conocidos... Con los años, mis tíos aportaron a mi cultura general trayéndome todos los libros que podían porque yo había heredado de la abuela Sara el hábito de la lectura. De la Biblioteca Popular , todos eran militantes "socialistas" me traían libros de temas tán distintos como, de Alberdi, de Sarmiento, y de autores como Mika Waltari (Sinhué el Egipcio) , Hegel, historia de la humanidad, y no podían faltar sinopsis de Marx, Lenin y Trotsky...Y mucha música clásica ejecutada por la Sinfónica de Moscú... Me encantaba Pedro y el Lobo.....
Pero básicamente me interesaba la religión como fenómeno social y la historia, en especial la antigua.De esto podía conversar largamente con mi abuela que era una enciclopedia en lo que respecta a la historia. Este hábito lo heredó también mi mamá y entonces en casa no había lugar donde no se encontrara algún libro. Nos suscribió a Enciclopedias y colecciones completas de todo tipo. Cuando eramos más chicos , teníamos toda la colección Robin Hood y luego el Club del Libro del Mes en el que además del libro recomendado, comprábamos uno o dos extra... de modo que casi nunca tuve que ir a la biblioteca porque en casa había libros para consultar casi todo. Cuando íbamos al secundario, mamá no veía la hora de que trajéramos la lista de libros "recomendados" tanto de texto como manuales y literatura complementaria, para ir a la librería a hacer feliz al librero porque le daba la lista y le decía deme todos y los que no tenga me los encarga para mañana... y por supuesto los leía ella antes que yo....No hace mucho, debido a esa costumbre, tuve que donar a una fundación varios canastos de libros que ya no tenía donde poner... En cuanto a la religión, en casa prácticamente no era tema de conversación , siendo mis abuelos socialistas no les interesaba en lo más mínimo aunque todas sus hijas se casaron por civil y por el templo debido más que nada a que los maridos venían de familias con alguna tradición religiosa y así lo deseaban. En cuanto a los varones, también tuvieron un casamiento religioso para complacer a sus novias, pese a su heredada militancia comunista. Tanto el mayor como uno de mis tíos políticos llegaron a altos cargos en el partido aunque de eso no se hablaba demasiado debido a que prácticamente estaban proscriptos....
Recuerdo que de vez en cuando , mis tíos se iban de "vacaciones" , luego supe que eran detenidos por su actividad política pero luego volvían y seguían como si nada.. Uno me contó que lo tuvieron no se cuantos meses en un barco prisión frente a la costa , en el Rio de la Plata.
Otro de ellos , viajaba constantemente a Europa por su trabajo. Luego me enteré que "Europa" significaba URSS, pero de eso tampoco se hablaba demasiado
Religiosamente no estábamos ni a favor ni en contra lo que ya demuestra un criterio bastante amplio. Mi abuela no le daba mayor importancia, para ella la religión era simplemente "el opio de los pueblos". En cambio para mi abuelo , en especial cuando se dio cuenta de que estaba envejeciendo y que próximamente se iría a encontrar con el creador, se convirtió en una experiencia prácticamente nueva. De un día para otro , comenzó a tomarse un rato para rezar y poner sus "cuentas" al día...yo lo miraba incrédulo cubriéndose con un manto blanco y naciendo una especie de reverencias en un idioma incomprensible... Cuando cumplí los 13 me dijeron si quería hacer el Bar Mitzvá, pero me negué. Por qué, para qué , si ni sabía lo que significaba . Mi abuelo me lo preguntó dos veces, me negué. Entonces se lo preguntó a Roberto y a Reynaldo los dos varones mayores de casi la misma edad y también se negaron (creo que dijeron ,Si Gustavo se negó , nosotros también), por lo que decidió que sus reliquias religiosas , sidur, tefilim y talit irían a parar a manos de Fernando, hijo de Sofía y Leo que era el único que cumplía con todos los preceptos de la religión... Yo tuve el dudoso honor de ser el primer nieto de la familia, pese a ser el primogénito de la hija menor. Contra la costumbre de casar primero a la mayor, mi mamá fue la primera en casarse y tener un hijo, yo.
También tuve oportunidad de ser el primero en negarme al bar mitzva, siendo seguido por mis primos, menos los hijos de Leo por supuesto, y el primero en casarme y negarme rotundamente al casamiento religioso , siendo secundado por mi novia que provenía de una familia socialista. Así que habiendo roto con la religión, me quedé simplemente con la tradición y con la historia de la familia. Cuando mi abuela falleció, acompañé sus restos al cementerio, creo que fue una de las dos o tres veces que pisé un cementerio , y nunca más volví. Estoy seguro que Sara, materialista dialéctica, agnóstica y bolchevique, no me reprocharía nunca que jamás visitara un cementerio, ella no creía en esas cosas y yo tampoco. y como digo siempre, los seres queridos están vivos en el recuerdo de los que los quisieron en vida.

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